Para
finalizar con nuestro trabajo, nos gustaría incluir algunas ideas o aspectos
que nos han resultado llamativos a lo largo de nuestra investigación. Por ello,
y por la gran relevancia que han tenido las encuestas realizadas a familiares,
niños/as y monitores/as de actividades extraescolares, así como de comedor;
comenzaremos exponiendo las reflexiones derivadas de estas.
En
primer lugar, nos ha llamado mucho la atención que muchas de las familias
encuestadas consideran que realizan actividades con sus hijos e hijas en las
que no se requiere la interacción, es decir, para ellos/as, pasar tiempo con
los/as niños/as es estar con ellos/as (en el mismo lugar y momento) y no
realizando ningún tipo de tarea juntos.
Encontramos
un aspecto que nos ha llamado la atención de manera negativa puesto que,
observamos que muchos/as de los/as encuestados/as afirman haber apuntado a sus
hijos/as a clases extraescolares debido a que es beneficioso para su formación
y/o desarrollo. Sin embargo, observamos cierta contradicción debido a que, ante
otras preguntas acerca de lo que realizan los/as niños/as en su tiempo libre,
contestan que lo dedican a las actividades extraescolares (e incluso tareas
escolares) debido a que los/as niños/as asisten porque les gusta. Esto nos ha llevado
a pensar que es posible que esos/as niños/as no dispongan de tiempo para
dedicarlo a juegos, actividades lúdicas o a sus aficiones.
La
alimentación es otro aspecto que nos preocupaba cuando decidimos abordar esta
problemática, ya que, lamentablemente, el horario laboral de madres y padres
influye de manera negativa en los hábitos alimenticios de sus hijos e hijas.
Sin embargo, las respuestas derivadas de las encuestas no nos han aportado luz
ante este asunto ya que hemos observado que la mayoría contestan con respuestas
ambiguas tales como “de todo”, “variado”, sin especificar qué tipo de dieta o
alimentación llevan sus hijos/as, sobrinos/as, etc. Desde nuestro punto de
vista, la incertidumbre derivada de estas respuestas es provocada por la
necesidad de aprobación que, en ocasiones, tenemos los seres humanos.
Asimismo, hemos observado que en
muchas ocasiones, los/as niños y niñas en edades tempranas sufren diferentes
distracciones como la televisión, juguetes, etc., a la hora de comer. En
nuestra opinión, es responsabilidad de los/as educadores en general: padres,
madres, docentes, monitores, etc.; fomentar buenos hábitos en la comida de
manera que la hora de la comida sea un momento para compartir vivencias,
impresiones, etc.
Por último, nos gustaría destacar
que los familiares que no son progenitores y cuidadores, piensan que estos
consienten a sus hijos/as y por este motivo el comportamiento de los/as
niños/as hacia ellos es peor, por el contrario consideran que los/as niños/as
se comportan mejor con ellos/as porque les ponen límites. Nos gustaría comentar
en este caso, que consideramos esencial la educación emocional para dotar a
los/as niños/as de herramientas que les permitan superar frustraciones.
Para finalizar nuestra
reflexión queremos hacer especial hincapié en la importancia de que los/as
padres/madres pasen más tiempo con los/as hijos/as, y que dicho tiempo sea de
calidad, es decir, que haya interacción y comunicación directa entre ellos/as,
para así realizar diferentes actividades juntos/as.
Hemos
observado a lo largo de nuestra investigación, que no solo nos encontramos ante
una falta de tiempo debido al complicado horario laboral, sino que además, las
familias no realizan actividades que fortalezcan el vínculo familiar. Es por
ello que hemos observado una estrecha relación entre la cantidad y calidad de
tiempo que comparten las familias ya que consideramos que son dos elementos a
tener en cuenta, como futuras maestras de Educación Infantil, para intervenir e
influir de manera positiva.
Todo
esto se puede apreciar en el anuncio que realizó Ikea para una campaña
navideña, en el que los/as niños/as piden a los Reyes Magos más atención y
tiempo por parte de sus padres/madres.
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